PARA PENSAR
(Del
material “Sentido de Pertenencia”- Equipo de Ética de la A.G.P.E.)
La
Pertenencia se construye cuando se adhiere a una identidad, cuando se elige
formar parte de un “nosotros”. Pero… ¿Qué
identidad construye hoy el trabajo?
En
principio, una identidad cuestionada en su esencia: todos somos modificables y
es condición de supervivencia rehacer constantemente las percepciones que uno
tiene de sí mismo. Hoy se trabaja “de algo”, pero mañana se debe tener
“cintura” y capacidad de adaptación para trabajar de otra cosa.
El trabajo nos reta, tanto al practicarlo como al intentar
pensarlo. Claro que esta nueva realidad
tiene tanto de bautismo como de entierro. Podemos hablar de un hombre flexible,
pero también de uno que no tiene
tiempo para conocer al otro, socializar, formar una memoria, aprender y
compartir códigos comunes, integrarse, comunicarse. Un hombre cuya acción está tensada por la
velocidad y la desterritorialización de sus mundos simbólicos, una tensión que lo arranca del tejido social
y lo convierte en alguien que no camina sino que circula, que no se comunica
sino que se conecta. La locura de la rapidez, aniquila la temporalidad y por
eso la frase que más se oye es “No tengo tiempo”.
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