PLANEACIÓN
ESTRATÉGICA Y PLANEACIÓN TÁCTICA
Escogidos y fijados los objetivos globales
de la empresa, el siguiente paso es saber cómo alcanzarlos; es decir,
establecer la estrategia empresarial que se utilizará para alcanzar de la mejor
manera, aquellos objetivos y definir cuáles son las tácticas con las cuales se
puede implementar mejor la estrategia adoptada.
3.1.
Conceptos de estrategia y de táctica
Una
estrategia, empresarialmente hablando, es la movilización de todos los recursos
de la empresa para alcanzar los objetivos a largo plazo. La táctica, en cambio, considera un esquema específico
para el empleo de los recursos dentro de una estrategia general. El presupuesto anual o un plan de
inversiones, por ejemplo, es un plan táctico dentro de una estrategia a largo
plazo. La planeación para cinco años
requiere una estrategia, a la cual se ligan los planes tácticos de cada año
comprendido en ese periodo.
La
diferencia básica entre estrategia y táctica reside en los siguientes
aspectos: en primer lugar, la estrategia
se refiere a la organización como un todo, pues busca alcanzar los objetivos
organizacionales globales, mientras que la táctica se refiere a uno de sus
componentes (departamentos o unidades, aisladamente), pues busca alcanzar los
objetivos del departamento. La
estrategia está compuesta por muchas tácticas simultáneas e integradas entre
sí. En segundo lugar, la estrategia se
refiere a objetivos a largo plazo, mientras que la táctica se refiere a
objetivos a mediano y a corto plazo.
Para la implementación de la estrategia se necesitan muchas tácticas que
se suceden ordenadamente en el tiempo.
En tercer lugar, la estrategia es definida por la alta dirección,
mientras que la táctica es responsabilidad de la gerencia de cada departamento
o unidad de la empresa.
Tanto la estrategia empresarial como
las tácticas correspondientes, exigen planeación. La planeación es la base de la APO. Además, la APO se fundamenta en la planeación
estratégica de la empresa y de los planes tácticos de los diversos departamentos
o unidades de la empresa.
3.2.
Planeación estratégica
La
planeación estratégica se refiere a la manera como una empresa intenta aplicar
una determinada estrategia para alcanzar los objetivos propuestos. Es generalmente una planeación global y a
largo plazo.
La
elaboración de la planeación estratégica exige cuatro fases bien definidas:
a) Formulación de los objetivos
organizacionales:
b) análisis interno de la empresa;
c) análisis externo del ambiente;
d) formulación de alternativas estratégicas.
3.2.1.
Formulación de los objetivos organizacionales
por alcanzar
En
esta primera fase, la empresa escoge los objetivos globales que pretende
alcanzar a largo plazo y define el orden de importancia y de prioridad de cada
uno en una jerarquía de objetivos.
3.2.2. Análisis
interno de las fortalezas y limitaciones de la empresa
Se
trata de un análisis organizacional, es decir, de un estudio de las condiciones
internas, para permitir la evaluación de los principales puntos fuertes y
puntos débiles existentes en la empresa.
Los puntos fuertes constituyen las fortalezas propulsoras de la empresa,
que facilitan el alcance de los objetivos organizacionales. Los puntos débiles son las limitaciones y
fuerzas restrictivas que dificultan o impiden el alcance de tales objetivos.
Este
análisis interno generalmente implica: a) el análisis de los recursos financieros,
máquinas, equipos, materias primas, recursos humanos, tecnología, de que
dispone la empresa o puede disponer, para operaciones actuales o futuras; b) el
análisis de la estructura organizacional de la empresa, sus aspectos positivos
y negativos, la división del trabajo entre los departamentos y unidades y cómo
los objetivos organizacionales se distribuyen en objetivos por departamento; y
c) la evaluación del desempeño de la empresa, en función de los resultados de
lucro, producción, productividad, innovación, crecimiento y desarrollo de los
negocios, etc., en el momento presente, con respecto a los años anteriores.
3.2.3. Análisis
externo del ambiente
Se
trata de un análisis del ambiente externo, es decir, de las condiciones
externas que rodean la empresa y que le imponen desafíos y oportunidades. Tal análisis generalmente abarca: a) los mercados atendidos por la empresa, sus
características actuales y tendencias futuras, oportunidades y perspectivas; b)
la competencia, es decir, las empresas que actúan en el mismo mercado,
disputándose los mismos clientes o consumidores o los mismos recursos; y c) los
factores externos, como la coyuntura económica, tendencias políticas, sociales,
culturales, legales, etc., que afectan a toda la sociedad y a todas las
empresas existentes en ella.
3.2.4. Formulación
de Alternativas Estratégicas
En
esta cuarta fase de la planeación estratégica se busca formular las diversas y
posibles alternativas estratégicas o medios que la empresa puede adoptar para
lograr mejor los objetivos organizacionales propuestos, teniendo en cuenta las
condiciones internas y las condiciones externas existentes a su alrededor. Las alternativas estratégicas constituyen los
cursos de acción futura que la empresa puede adoptar para alcanzar sus
objetivos globales.
De
modo general, la planeación estratégica de una empresa se refiere al producto
(los bienes que la empresa produce o los servicios que presta), o al mercado
donde la empresa coloca sus productos o bienes o donde presta sus servicios). De allí, la matriz producto/mercado con las
diferentes alternativas estratégicas.
FIGURA
3 – LA MATRIZ PRODUCTO/MERCADO Y SUS ALTERNATIVAS
|
|
PRODUCTO
|
|
|
|
ACTUAL
|
NUEVO
|
MERCADO
|
ACTUAL
|
Penetración
en el mercado actual
|
Desarrollo
de nuevos productos
|
NUEVO
|
Desarrollo
de nuevos mercados
|
Diversificación:
nuevos productos y nuevos mercados
|
3.2.4.
Formulación de Alternativas Estratégicas
Si el principal objetivo empresarial
fuera, por ejemplo, la utilidad, existen una infinidad de cursos de acción futura que la empresa
podría adoptar para alcanzarlo. Cada una
de esas posibilidades tendrá que analizarse, evaluarse y compararse con las demás,
en término de costos, inversiones necesarias, riesgos involucrados,
disponibilidades existentes, posibles resultados e intereses implicados.
Con los elementos de juicio aportados
por el trabajo realizado durante las cuatro fases previas, la empresa estará en
condiciones de preparar su planeación estratégica, que debe especificar, en
líneas generales, a qué punto pretende llegar la empresa en el futuro y cómo se
propone hacerlo a partir del presente.
La planeación estratégica debe
contemplar decisiones sobre el futuro de la empresa. Las principales decisiones que debe contener
son las siguientes:
Objetivos
organizacionales globales
Las
actividades seleccionadas; o sea, los productos o servicios que la empresa quiere
ofrecer
El
mercado previsto por la empresa; o sea, los consumidores o clientes
que la empresa pretende atender con sus productos.
Las
utilidades esperadas
con cada una de sus actividades
Alternativas
estratégicas en cuanto a sus actividades (mantener el producto actual,
desarrollar el producto actual, introducir nuevos productos)
Alternativas
estratégicas en cuanto al mercado
(mantener el mercado actual, mayor penetración en el mercado actual,
desarrollar nuevos mercados)
Integración
vertical,
orientada hacia los proveedores de recursos o integración horizontal,
orientada hacia los consumidores o clientes finales
Nuevas
inversiones en recursos
(materiales, financieros, máquinas y equipos, recursos humanos, tecnología, etc.) para
innovación
(cambios) o para el crecimiento (expansión)
1.1.
Desarrollo de Planes Tácticos
A
partir de la planeación estratégica, la empresa puede emprender la ejecución de
la planeación táctica. Es decir, la
planeación estratégica pasa a desglosarse en varias planeaciones tácticas, que
deben ser adecuadas y coordinadas a fin de no perjudicar al plan global.
Generalmente
los principales planes tácticos se refieren a cuatro áreas de acción:
Planeación
organizacional de la estructura de la organización más adecuada para el logro
de los objetivos globales y estratégicos de la empresa, sus posibles
modificaciones y sus tendencias para el futuro.
Planeación
del desarrollo del producto/mercado, indicando las opciones de la empresa con
relación a la matriz producto/mercado y a su posible descomposición en función
de las alternativas estratégicas relacionadas con sus actividades (producto) y
con su mercado, así como la posible integración vertical u horizontal
resultante.
Planeación
del desarrollo de recursos para las operaciones de la empresa, incluyendo
recursos físicos y materiales (máquinas, equipos, materias primas), recursos
tecnológicos (métodos y procesos, tecnologías), recursos financieros
(inversiones y financiaciones), recursos humanos (entrenamiento y desarrollo de
personal y de directivos), etc.
Planeación
de las operaciones de la empresa relacionadas con la producción y la
comercialización. Mientras que la
planeación de la producción se refiere al modo como se fabricará el producto
(cantidades, materia prima necesaria, mano de obra incluida, capacidad de las máquinas,
niveles de calidad, volumen almacenado de materias primas y de productos
acabados, etc.), la planeación de la comercialización se refiere a la manera
como el producto se comercializará o venderá (precios, cuotas por regiones y
por vendedor, pronósticos de ventas, programación de publicidad y de promoción,
etc.).
Para
que cada uno de esos cuatro planes tácticos pueda implementarse y producir
resultados, es necesario que cada uno de ellos se descomponga nuevamente en
otros planes operacionales más específicos.
Mientras que la planeación táctica se refiere al mediano plazo, el plan
operacional es más detallado y se refiere al corto plazo.
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