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octubre 26, 2013

Atrévete

Comentario de la autora:
Esta pieza teatral en tres actos fue escrita por Mirta de Eisenkölbl especialmente para que los jóvenes del Club Bíblico de Jóvenes del Centro de Estudios Bíblicos Ysaty, de Lambaré, Paraguay, la pusieran en escena. Lo más llamativo e interesante que se presenta en esta obra es el aporte de Hugo Menzel para mostrar a Fabián entre las llamas del infierno. Así como se muestra en la fotografía, se colocó una tela blanca sobre la cual se proyectó las llamas del infierno, detrás el joven gesticulaba al tiempo que se oían los clamores y gritos aterradores. La escena es altamente tocante. Espero que la obra les sea útil y produzca resultados para la eternidad.

Integrantes

Relator
Natalia
Arturo
Papá de Natalia
Micaela
Lucas
Fabián
Profesor
Rubén
Marcela



ESCENA 1
Relator: Natalia era cristiana. Los domingos integraba el grupo de alabanzas de su Iglesia. Como su padre era misionero, participaba de todas las reuniones de su Iglesia. Iba a todos los campamentos; inclusive, acompañó a su padre a una conferencia misionera que se hizo en el extranjero… y estaba preparándose para asistir a otra; pero Natalia era muy tímida… (Se la ve entrando en el aula de clases con sus cuadernos contra el pecho. Se sienta en la segunda fila, en el asiento pegado a la pared. Abre el cuaderno y lo comienza a hojear. Entra una pareja –Micaela y Rubén y se sientan detrás de Natalia. Un joven –Arturo- ingresa jugueteando con un celular y se sienta en la primera fila sin dejar el aparatito. Natalia los mira de reojo como queriendo saludarlos, pero como ni la miran, vuelve a hundirse en su cuaderno. Entra una niña de anteojos, y la saluda con la mano. Natalia le devuelve el saludo.) A la joven le costaba mucho manifestarse entre sus compañeros. (La pareja sentada detrás suyo habla desvergonzadamente, se dicen cosas al oído y se ríen, en clara actitud de noviazgo; Natalia mueve la cabeza demostrando desaprobación; en su rostro se nota el asombro. El compañero de adelante –Arturo- se da vuelta y descubre el gesto) Escuchaba sus temas de conversación y se horrorizaba de tan sólo pensar que podían involucrarla para burlarse de ella. 
Arturo: ¡Eh, ustedes dos! ¡Paren un poco porque están escandalizando a santa Natalia!
Micaela: (Respondiendo a la observación de Arturo, toca a Natalia por el hombro y se dirige a ella, haciéndole un gesto de menosprecio) ¡Ay, qué pesada! ¿Por qué no te vas a un convento, Natalia? (Natalia la mira, se sonríe y vuelve a su posición original). 
Relator: Natalia no quería problemas, así que optaba por pasar lo más desapercibidamente posible. Ésto la tornaba silenciosa y solitaria… Y aunque era catalogada como insensible y apática, nadie imaginaba la lucha interna en la que estaba enfrascada.
Fabián: (Un muchacho gordito, o que tenga alguna característica resaltante, extremadamente tímido, se sienta junto a ella y le habla como si no quisiera que alguien escuche la conversación) Hola, Natalia…
Natalia: Hola, Fabián. ¿Cómo estás?
Fabián: ¿Y cómo voy a estar? Mal… Parece que las cosas nunca cambiarán para mí…
Natalia: Vos sabés que sí pueden cambiar, si aceptaras…
Fabián: (Corta bruscamente) Mirá, si vas a salir con eso otra vez, me voy… (hace el amague de irse)
Natalia: (Extendiendo la mano) ¡No! ¡No te vayas! Quiero saber… por qué estás así.
Fabián: Estoy podrido de la vida. Todos saben que me cuesta estudiar, estoy luchando por no aplazarme, y cuando llego a casa con un resultado que para mí es genial, nada… silencio… nadie parece darse cuenta de mi esfuerzo… para nadie es importante… estoy empezando a creer que no soy más que un estorbo para mi familia… (parece hablar solamente para sí, y mirando a su alrededor) Para mis compañeros… (musita levantándose, sin darle a Natalia la oportunidad de responderle, se sienta en el extremo opuesto de la fila de Natalia y se queda mirándola un buen rato. Natalia hace un esfuerzo por sonreír y traga dificultosamente la saliva. En ese momento entra corriendo el alumno apostado en la puerta.)
Lucas: ¡El profe! ¡Viene el profe! (Todos se colocan en posición. El profesor ingresa a la clase saludando.)
Profesor: ¡Buenos días, alumnos!
Todos: (Parándose) ¡Buenos días, profesor!
Profesor: (Haciendo un gesto con la mano) Tomen asiento… (Todos se sientan. Fabián vuelve a mirar a Natalia. El profesor sigue hablando.) ¿Hasta dónde llegamos ayer? (Marcela se levanta con su cuaderno y lo que acontece en la clase se convierte en un murmullo lejano para Natalia, que se queda observando nuevamente a Fabián, que ahora está recostado sobre su mesa, como durmiendo.)
Relator: Fabián tenía un significado especial para Natalia; cada vez que él la miraba con esos ojos penetrantes, era como si los ojos de todos sus compañeros se clavasen en ella. Esos ojos le reclamaban… le desafiaban… le asustaban… Cada vez que Fabián fijaba en ella esa mirada convertida en un S.O.S. desesperado, 
le parecía como si el clamor de ese atribulado corazón dejase de ser inaudible para juntarse con el gemido secreto de todos los demás jóvenes, formando un coro grave, quejumbroso y lastimero, una música espectral de ánimas condenadas... Para desgracia de todos, esa carga espiritual era fácil de sacudirse (Se ve a Natalia quitando la vista de Fabián y sacudiendo la cabeza como si tratase de desprenderse de un pensamiento indeseado), bastaba encontrar una razón que justificase su inacción.
Natalia: (Se oye la voz de Natalia mientras ésta abre su cuaderno) Nadie es más papista que el papa, si a él le gusta andar así, ¿qué más puedo hacer yo? Además, yo ya traté de hablarle…
Relator: De ese modo, esa convicción que la embargaba normalmente los primeros días de la semana, cuando el mensaje de la Palabra de Dios aún tronaba en sus oídos, se esfumaba con el correr de los días, porque siempre, siempre, siempre había una razón para acallar la conciencia… Y ante esa continua resistencia al Espíritu Santo, su corazón se iba haciendo cada vez más insensible… 
Profesor: Natalia… (todos los compañeros se vuelven hacia Natalia) ¡Natalia Sánchez!
Rubén: (Agachándose hacia adelante, toca el hombro de Natalia.) ¡Che! El profe te está llamando…
Natalia: ¿Qué? (Responde a Rubén mientras éste le indica con el rostro en dirección del profesor. Natalia se da vuelta inmediatamente.) Perdón, profesor… ¿Qué…? ¿En qué puedo servirle…? (risas generalizadas).
Profesor: ¿En qué mundo estabas? Decía que tienes dos opciones para formar tu grupo, o eliges a Marcela (indica a una niña de anteojos que le sonríe amistosamente), o a Fabián (que lo mira malhumorado). Tú decides.
Natalia: Yo… yo… ¿Por qué no decide usted, profesor?
Profesor: Es tu privilegio, muchacha…
Arturo: Elegí de una vez. ¡Queremos irnos!
Natalia: (Tímidamente y agachando la cabeza) Elijo a Marcela (Fabián agacha la cabeza como si un mundo se hubiera desplomado sobre él).
Profesor: Bien. Fabián, tendrás que hacer el trabajo en forma individual. ¡Hasta mañana, jóvenes!
Todos: ¡Hasta mañana, profesor! (Salen. Natalia y Fabián se quedan solos. Fabián se levanta y se para frente a Natalia). 
Fabián: Esperaba más de vos… Al final, sos como todos los demás… (Natalia se queda pensando. Se la nota muy triste. Finalmente se encoge de hombros, y sale silenciosamente. Las luces se apagan y se cierra el telón)

ESCENA 2

(Al abrirse el telón, se ve a los alumnos cada uno en su lugar. La única modificación es que Marcela se sienta con Natalia.)
Marcela: A ver (se sonríe y se coloca mejor en su asiento), contame cómo van tus preparativos. ¡Estoy tan ansiosa como si yo misma estuviese por viajar!
Natalia: ¡Están demasiado bien! Fijate que… (en ese momento ve a Fabián que había entrado y se detuvo frente a ella. Levanta la mano en señal de saludo.) ¡Hola, Fabián!
Fabián: (Que parece un zombie. Desvía la vista de Natalia y la clava en Marcela.) Hola, Marcela. (Natalia baja lentamente la mano y la lleva a la nuca, como rascándose la cabeza)
Marcela: Hola… (Mira a Fabián y a Natalia, a Natalia y a Fabián sin entender lo que estaba pasando. Fabián se sienta en su lugar clavando, como siempre, sus ojos en Natalia. Ésta lo mira y hace un mohín con la boca.) Parece que está enojado contigo…
Natalia: Parece que sí…
Marcela: No me vas a decir que es porque me elegiste a mí… (Natalia asiente con la cabeza.) ¡Pero qué infantil es!
Natalia: No lo juzgues apresuradamente. No la está pasando bien… y yo no puedo ayudarle…
Marcela: Sí, tenés razón. Me contaron que su mamá y su hermanito viajaron para reunirse con su papá que está trabajando en la Patagonia argentina.
Natalia: Ah, ¿sí? Con que era eso… ¿Y con quién se quedó él?
Marcela: Parece que con una tía paterna que tiene cuatro hijos. Dicen que lo discrimina… (Ve que Natalia se pone mal y cambiando el tono de la voz, agrega) Aunque… vos sabés cómo la gente habla de balde … Fuera de todo esto, viven bastante bien, tienen una casa grande y un lindo coche. Tan mal no puede estar… (como Natalia continúa muda, vuelve a insistir) ¡Pero vos viajás mañana, Natalia! ¿Trajiste tu justificativo? Mirá que el martes rendimos Lengua Castellana y vos sabés que la profesora no te va a perdonar.
Natalia: ¡Ah, sí! (Revisa su cuaderno) ¡Gracias por recordármelo! (Hurga en su cuaderno, revisa sus bolsillos, abre su cartuchera, y lo encuentra allí). ¿Me acompañás a la Coordinación?
Marcela: Sí, claro (ambas se levantan y salen. Fabián se queda mirándolas y jugando distraídamente con las manos).

ESCENA 3

Relator: Natalia viajó con su padre y sus hermanas. Este viaje creó en ella muchas expectativas. Aunque ya conocía a algunas personas del lugar adonde iban, sabía que conocería a nuevos hermanos… algo le decía que sería diferente (Aquí se pueden pasar algunas fotos de la conferencia). Y así fue. Todas las actividades estaban envueltas con un aire celestial, ¡era una verdadera fiesta espiritual!, y esto hizo que los mensajes transmitidos por los misioneros, a los que estaba acostumbrada desde muy pequeña, adquiriesen para ella un sentido especial. La Palabra de Dios al caer sobre su corazón sensible y dispuesto, prendía como prende la semilla buena sobre la tierra fértil preparada para la siembra.
Voz del Predicador: (Se puede colocar la foto de algún predicador, en power point, o bien pararse alguien predicando pero dándole un efecto especial) Jesús, nuestro Señor mismo, “…al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor…” Por eso dijo a sus discípulos “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Es necesario que nos levantemos para llevar el mensaje de Salvación, el mensaje de la Cruz; que presentemos a Jesucristo, como decía Pablo, a tiempo y fuera de tiempo, porque solamente Él puede librar de las llamas del infierno al alma perdida. Jesús murió por todos. Ahora nos toca a nosotros, los limpios por su preciosa sangre, llevar las buenas nuevas, porque “Todo aquél que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquél en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?”
Relator: Natalia tomó su decisión, como tantos otros lo hicieron en aquélla inolvidable ocasión, de romper las ataduras que la mantenían como una cristiana común. Ya no quería ser como aquel siervo que enterró su talento en la tierra. Decidió desenterrar las habilidades y capacidades que el Señor había confiado en ella (se puede escuchar como fondo la canción “Yo te prometo lo mejor de mi vida”* que cantaron Bárbara y su tío en la conferencia) y utilizarlas para alcanzar a más y más para el reino de Dios, empezando por su propio campo misionero: su casa, sus familiares y vecinos, sus compañeros de colegio… Por eso, cuando regresó a su Patria, lo primero que quiso hacer fue buscar a Fabián…


ESCENA 4

(Se ve otra vez el aula de clase. Los compañeros están sentados, todos con rostros compungidos, formando un solo grupo. Natalia entra a la clase con rostro radiante y firmeza en el paso; de pronto, Marcela se levanta y corre hasta ella. Natalia mira a sus compañeros como tratando de comprender lo que estaba pasando.)
Marcela: ¡Natalia! ¡Natalia! (todos las miran) ¡Fabián! ¡Fabián!
Natalia: ¿Fabián? (Mira el asiento vacío de Fabián. Agarra por los hombros a Marcela.) ¿Qué pasa con Fabián?
Marcela: Fabián se mató… (se lleva las manos a la cara y rompe a llorar. Natalia se queda petrificada, las lágrimas saltan de sus ojos) ¡Fue horrible! ¡Fue horrible! ¡Fue horrible! (Micaela se levanta, abraza a Marcela y la saca fuera de la clase, mientras ésta sigue repitiendo “Fue horrible”. Natalia se desploma sobre el asiento, tan muda y petrificada como antes, después se inclina sobre la mesa y rompe en un amargo llanto. Rubén se acerca a Natalia, hace como que le toca la cabeza, pero no se anima. Los hombres empiezan a secarse los ojos y uno por uno salen del aula de clase).
Natalia: (Alzando el rostro completamente cubierto de llanto, mira alrededor y se encuentra sola, se levanta lentamente y se dirige al asiento de Fabián. Pasa sus dedos sobre su pupitre) ¡Dios! ¡Yo era su esperanza, y le fallé! ¡Y ahora ya no hay más oportunidad! Ahora… (De pronto mira fijamente a la pared, como si estuviera viendo lo que imaginaba: ve a Fabián en medio de las llamas. Éste grita, con un clamor que suena ahogado y profundo: “¡Natalia! ¡Vos sabías y no me lo contaste! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¿Por qué no me libraste de esta horrible suerte? ¿Por qué no me diste el mensaje de Jesús? ¡Ahora estoy perdido! ¡Perdido para siempre jamás! ¡Naaaataaaaliaaa!” La joven vuelve a sentarse y rompe nuevamente a llorar. En ese momento, Arturo entra al aula).
Arturo: (Señalando hacia Natalia) Allí está, señor. 
(Un hombre de mediana edad entra a la sala, se acerca a Natalia y pone su mano sobre su cabeza.) 
Natalia: (Alzando la vista) ¡Papá! (se levanta como un rayo y abraza a su padre) ¡Papá! Fabián… Fabián…
Papá de Natalia: Lo sé, hija… Lo sé…
Natalia: Papi… él se acercó a mí y yo no lo ayudé… ¡No supe hacerlo! ¡En realidad, no me esforcé por ayudarlo! (Llora otra vez) …Y cuando le dije algo, lo hice mecánicamente… como una fórmula… Hoy ya es tarde… ¡hoy está en el infierno! (Llora y hunde nuevamente su cabeza en el pecho de su padre)
Papá de Natalia: (Suspira hondamente) Corazón, ya no se puede hacer nada por él. Y aunque sientas el peso de lo que pudo haberse hecho y no se hizo, no puedes vivir llorándolo, porque alrededor tuyo hay muchos Fabianes que necesitan del Cristo que vive en ti. Dios no te desecha, mi hija, te da una nueva oportunidad para hacer su voluntad… (Natalia alza la cabeza y seca sus lágrimas) ¿Quieres quedarte o volver a casa?
Natalia: (Mirando el asiento de Fabián) Hoy voy a llorar lo que no hice… Mañana será otro día…
Papá de Natalia: Siempre y cuando haya un mañana… (salen lentamente por la puerta, los compañeros se quedan mirando).

ESCENA 5

Relator: El suicidio de Fabián selló con fuego la decisión que Natalia tomó durante la conferencia. Para ella se hicieron vida las palabras bíblicas “Hoy es el día de salvación”. La inminencia de la muerte, la certeza de que “El que no tiene a Cristo, no tiene la vida”, está irremediablemente condenado a un castigo eterno, y el privilegio bendito otorgado por Dios de Conocer el camino para reconciliar al hombre con su Creador, la sangre preciosa de Cristo Jesús, le dieron el coraje que necesitaba para vencer la atadura de su timidez y cobardía. Lo primero que hizo, una vez repuesta del impacto de la muerte de Fabián, fue pararse durante la formación general en el colegio para presentar a sus compañeros y profesores, el mensaje que podría haber salvado a Fabián. 
(Aquí se presenta el Evangelio)

octubre 22, 2013

El lenguaje como medio de comunicación



1.   EL LENGUAJE COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN

1.1.        ¿Qué es Comunicación?
La comunicación es el acto por el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir un mensaje. 
La comunicación es una necesidad vital de los seres humanos, ya que constantemente estamos comunicándonos, y esta capacidad (la comunicabilidad) hace al ser humano un ser sociable. Al comunicarse con los demás, el ser humano transmite sus ideas, opiniones y sentimientos, y cuando esta comunicación es mutua se establece la conversación.

1.2.        Elementos de la comunicación
Para que la comunicación sea posible, es necesario que funcionen unos factores que posibiliten el acto comunicativo.  El funcionamiento de estos factores o elementos de la comunicación se puede expresar gráficamente del siguiente modo:










Emisor: es la persona que _____________________________ el mensaje
Receptor: es la persona que ___________________________ el mensaje
Mensaje: es la ___________________________________________ expresadas por el emisor
Canal: es el medio que utilizan el emisor y el receptor para ponerse en contacto.
ü  Medios directos:  la voz, gestos, movimientos, ____________________________
ü  Medios indirectos:  teléfono, carta, radio, cine, ____________________________

Código: son las normas y reglas establecidas para comunicarse, como: alfabeto,
Braille, morse, símbolos matemáticos, entre otros.

ü  Codificar: consiste en elaborar un mensaje con un determinado código.
ü  Decodificar:  consiste en descifrar el mensaje

Contexto:  es el entorno ____________________, ________________ y ________________que condiciona el hecho de la comunicación.  El contexto hace referencia a todo tipo de circunstancias internas o externas que condicionan a los diferentes factores de la comunicación, facilitando o entorpeciendo la comunicación.  

Dentro del contexto es importante considerar:
ü  La atención:  que se inicia cuando el emisor consigue ser escuchado
ü  La motivación: cuando el emisor logra estimular el interés del receptor por lo que se está comunicando.
ü  El interés: que es la importancia subjetiva del mensaje para el receptor.

En resumen, en la comunicación se produce una relación entre un emisor y un receptor a través de un mensaje que es transmitido con un código de signos y por un canal o medio determinado, todo ello condicionado por un contexto o circunstancias ambientales.
Es esencial que la comunicación contenga todos los factores que en ella participan.  Es tan grande el poder de la comunicación, que la mayoría de los líderes hacen más uso de ella que de su autoridad o poder para conseguir de sus subalternos o seguidores la obediencia y el respaldo que necesitan.  Para que esto se logre es preciso controlar continuamente los canales de comunicación, conociendo ante todo a los destinatarios de los mensajes transmitidos, para estar seguros, al valorar sus reacciones, de que no sólo el mensaje es comprendido, sino que mediante él se promoverá la acción deseada.
Es posible asegurar que existe una buena comunicación cuando un emisor que emplea correctamente las técnicas de expresión adecuadas, transmite un mensaje claro, preciso y ordenado a uno o a varios receptores o destinatarios, que captan normalmente y sin necesidad de esfuerzo especial el contenido del mensaje, gracias a la acertada utilización, por parte de todos, de un código común, previamente seleccionado, que cumple un papel especial en el correcto funcionamiento del canal adecuado, a través del cual se ha transmitido el mensaje.

1.3.        El lenguaje

LEE ATENTAMENTE EL  FRAGMENTO BÍBLICO Y REALIZA LA ACTIVIDAD SOLICITADA

“Los cielos cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día,
y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz.
Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras.”
Salmo 19:1-4

RESPONDE
Recuerda que los ejercicios realizados y entregados al profesor en clase forman parte de tu puntaje

1.    ¿Quién es el emisor? ______________________________________________________
2.    ¿Quién es el receptor? _____________________________________________________
3.    ¿Puedes interpretar el mensaje?  ¿Cuál es? _____________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
4.    ¿Cuál es el canal? __________________________________________________________
5.    ¿Cuál sería el código? ­­­­­­­­­_______________________________________________________
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________
6.    ¿Y el contexto? ____________________________________________________________
________________________________________________________________________

7.    ¿Podrías explicar la aparente paradoja de los versos resaltados en negrita? ______________ ________________________________________________________________________________________________________________________________________________

El niño y su familia

La familia es el núcleo humano instituido por Dios para la protección de cada uno de sus miembros, especialmente de los niños.  Su importancia no puede ser ignorada, su existencia debería ser defendida y protegida, porque su estabilidad y felicidad es una de las condiciones más efectivas para el bienestar del individuo.
Relator: la vida es una jungla (se oye un fondo característico, pajarracos, leones, etc.) inmisericorde para un pequeño niño… (Se ve a un niño que entra con mucho temor, mirando hacia todos lados) Miles de ojos (se descubre un sector del escenario cubierto de ojos, el niño se asusta y mira hacia otra parte) estudian sus movimientos a fin de devorar sus capacidades, su futuro, su felicidad… son ojos de seres salvajes (se oye un rugido, el niño tiembla), con mentes sagaces y apariencia agradable. (Dos personas se asoman por el lado opuesto. Paquito se esconde).
Pérez: Señor, hay personas que se quejan y yo creo que tienen razón. Una novela es fuerte para un horario en que los niños están despiertos. Además… la propaganda de los cigarrillos entre los espacios de los dibujitos animados… y la de cerveza… a mi me parece que no están bien… ellos no son los compradores que buscamos…
Señor Moreira: ¡Ay Pérez! Usted es un hombre muy noble e ingenuo, si nuestros clientes nos piden que emitamos las propagandas de las películas de trasnoche en los espacios religiosos, ¿qué podemos hacer? Ellos ponen la plata, nosotros hacemos lo que piden. Además… los niños tienen que saber la realidad de la vida, y tenemos que asegurarnos de que se transformen en consumidores del producto, de otro modo, ¿cómo subsistirán las grandes empresas?
Pérez: (Entre dientes) Mejor sería que se fundiesen
Señor Moreira: ¿Cómo dice?
Pérez: eh… digo que hagamos como si las quejas no existiesen 
Señor Moreira: así es, lamentablemente! En este negocio hay que ser insensibles. (Los hombres se van, Paquito sale de su escondrijo, continúa escuchándose el sonido de la jungla).
Relator: En esta jungla peligrosa del mundo pocos tienen en cuenta que la mente del niño es como una arcilla fácilmente impresionable. Que las experiencias de la niñez son guardadas por la mente, transformándose en la sombra que oscurece el futuro o en las luces que lo alumbrarán. (Una niña viene corriendo y se esconde detrás de Paquito).
Niña 1: ¡Ay, por favor! ¡Por favor! Escóndeme de mi padrastro, es un hombre muy rudo… (Se escucha una voz muy grave y potente)
Padrastro: ¡No corras, tarde o temprano te voy a alcanzar!
Paquito: escóndete aquí (hace que se baje)
Padrastro: ¿Dónde estás sin vergüenza? Ya vas a ver cuando te agarre… (el padrastro sale después de un momento)
Paquito: ahora podes salir, ya no hay “moros en la costa”.
Niña 1: ay, gracias. (Llora). Estoy cansada de vivir así, mi padrastro es un hombre malo, me golpea por tonterías. Me pega con cables y me lastima... De noche tengo horribles pesadillas, y yo me pregunto, ¿será que alguna vez voy a ser feliz?
Paquito: ¡Seguro que sí! Pero ahora… ¿qué vas hacer?
Niña 1: no sé… no sé… (Se va llorando) no sé…
(Vuelve a esconderse de los horribles sonidos de la jungla, Paquito se espanta)
Relator: el niño no puede sobrevivir solo en la jungla… es crédulo e inocente como una ovejita.¡Qué presa fácil es para el astuto lobo! Es frágil e indefenso; jamás resistirá a la furia y fuerza de un león! El niño no puede percibir las intenciones más hondas de los que tienden trampas… 
Paquito: ¡Ay! (cae en un pozo) ¡sáquenme de aquí! ¡Por favor! ¡Sáquenme de aquí! ¡Socorro! ¡Auxilio! 
Relator: Dios, el Creador del Universo, determinó que el hombre iniciase su existencia como un embrión en el seno materno, y nueve largos meses harían que la madre sintiese al niño como parte de su vida, durante los siguientes dos años, el bebé necesitará los amantes y diligentes cuidados de su madre. Hasta su alimentación fue diseñada para ahondar el cariño entre ambos.
Dios terminó que el niño naciera en el seno del matrimonio para que pudiese recibir toda la atención, protección, adiestramiento, ejemplo y disciplina, indispensables para el desarrollo de una personalidad equilibrada y útil a la sociedad.
El niño no puede andar solo por la jungla… su vida estará destruida antes de comenzar… (Se escucha nuevamente: ¡socorro! ¡Auxilio! ¡Sáquenme de aquí!)
Mamá: ¡Paquito! ¡Paquito!
Paquito: ¡Mamá! ¡Auxilio! ¡Mamá!
Mamá: ¡Paquito! ¿Dónde estás?
Paquito: en el po… 
Mamá: ¡Ay! (cae también en el pozo, y
ambas voces se unen para gritar: ¡auxilio! ¡Socorro! ¡Sáquennos de aquí!)
Papá: ¡Paquito! ¡Paquito! 
Paquito: ¡Papá! ¡Papá!
Papá: ¿Dónde estás?
Paquito: ¡No sigas caminando! ¡Hay un pozo muy hondo! ¡Mamá también está aquí!
Papá: ¿Qué?
Mamá: yo también estoy dentro del pozo
Papá: ¡Tranquilícense! Los sacaré enseguida (se agacha y hace como que se esfuerza mucho, primero sale el niño)
Paquito: ¡Gracias, papá! ¡Muchas gracias! ¡Te prometo que no volveré a escapar! ¡Te prometo que no volveré a salir solo a la calle! ¡Te prometo que jamás me quejaré cuando me pidas algo! ¡Te prometo que los voy a respetar y querer mucho más que antes! Te prometo…
Mamá: Paquito, ¡deja que tu papá me saque de aquí Y después sigue prometiendo…
Paquito: ¡Ay, si! (el papá se agacha y saca a la esposa)
Mamá: ¡Gracias, Osvaldo!, en cuanto a ti muchacho, tus muchas promesas no detendrán el castigo que tu padre te dará.
Papá: Es cierto, pero algo me hace sospechar, que ya recibió otra forma de castigo.
Paquito: Es cierto papá, no podemos huir de la presencia de Dios. Y si un hijo suyo peca, seguramente El intervendrá. Ésta experiencia podía haber sido fatal, pero Dios tuvo misericordia y me mostró lo importante que es tener padres que amen a Dios, que se amen, y amen a sus hijos.
Papá: y aunque vos no lo creas, a nosotros nos hizo ver que no te prestamos la atención que necesitabas. Nosotros te empujamos a reaccionar. Perdónanos hijo.
Paquito: ¡Seguro! ¡Papá! (los tres se van)
Relator: Paquito camina por la vida protegido y cuidado por sus padres. Llegará a ser hombre correcto, confiable, satisfecho de sí mismo, fiel, atento, respetuoso. Un día formará su propia familia y trasladará a sus hijos estos valores. Pero… la vida seguirá siendo una jungla (rugidos, aves) que destruye a cuanto simple e indefenso se adentre en ella. Si eres padre, cuida a tus niños; si eres niño, no subestimes el peligro que existe fuera de tu hogar; si eres maestro, haz todo lo posible para que tus alumnos aprendan a utilizar las armas que Dios da para vencer al enemigo. Si no eres nada de esto, eres la persona adecuada para proteger, ayudar, enseñar a cuanto niño se cruce en tu camino.
Si no te sientes aludido... deberías preocuparte...

Mirta López de Eisenkölbl

La importancia de papá



Pequeña obra escrita para conmemorar el Día del Padre.

ESCENA 1

(Se ve a la madre escribiendo, luego se detiene y se escucha su voz (que puede ser una grabación)
MADRE: Conocimos a Cristo siendo ya de edad avanzada, cuando nuestras hijas entraron en la difícil etapa de la adolescencia. Nuestras vidas cambiaron drásticamente, sobre todo la de Martín, que de padre severo, irresponsable y poco afectuoso, pasó a ser un padre ejemplar. Sin embargo… ¡Qué dolor! Nora y Marta nunca valoraron el cambio operado en su padre. Tal vez las experiencias de la niñez marcaron profundamente sus vidas y por eso no pueden tratarle con respeto y reconocimiento. ¿Será que alguna vez podrá Martín disfrutar de la deseada demostración de cariño sincero de sus hijas?
MARTA: (Entrando impetuosamente) ¡Buenas tardes mamá! (Se agacha y besa a su madre mientras mira de reojo lo que ella está escribiendo)
MADRE: Buenas tardes, mi hija.
MARTA: ¿Qué escribís?
MADRE: Nada importante… (mirándola a los ojos) ¿Qué tal?
MARTA: (Bajando la mochila sobre una silla) Bien, mamá. ¿Sabés?... (Busca algo en el bolsillo) …la profesora… (mete la mano en el otro bolsillo)… envió un aviso… (mete la mano en el bolsillo del pantalón) …por aquí tengo la nota… (por fin saca el papel, todo arrugado, del último bolsillo que tenía) ¡Aquí está! (se la pasa a la madre).
MADRE: (Con cara de circunstancias y tomando el papel con dos dedos) ¿Esta es la nota?
MARTA: Bueno… lo que pasó es que la profe nos dio el aviso cuando salíamos al recreo… (la madre despliega la nota con mucha paciencia) …y yo la confundí con un papel que iba a tirar en el basurero…
MADRE: (lee la nota y tras un breve instante alza la cabeza y mira a su hija) Está dirigida a tu papá, él la tiene que firmar.
MARTA: Mamá… es lo mismo…
MADRE: Marta, gracias a Dios tenés un padre, él es la cabeza de nuestro hogar, debes reconocerlo como tal hasta en estos detalles.
MARTA: (Musitando) Antes no hablabas así…
MADRE: Antes desconocía lo que era mejor para nosotras, ahora tengo a Jesús y conozco su palabra, sé lo que nos conviene hacer para que seamos felices en esta vida. Una de las cosas que aprendí es el lugar que el marido debe tener en su casa, y vos, Marta, debés honrar a tu padre reconociéndolo como cabeza del hogar. Tomá la nota (se la pasa), tratá de arreglarla y dásela para que la firme.
MARTA: (La toma) Pero mamá… ¿Cómo voy a mostrársela así?
MADRE: Decile lo que me dijiste a mí. Lo entenderá.
MARTA: ¿Entender? ¿Papá? ¿De qué estás hablando, mamá?
MADRE: Marta… tu papá ya no es el de antes. Ha cambiado mucho. ¿No te diste cuenta?
MARTA: ¿Y cómo podría darme cuenta si nunca está?
MADRE: ¿Alguna vez te detuviste a pensar por qué pasa tanto tiempo fuera de casa?
MARTA: Mamá… Por favor… No discutamos inútilmente, mi día fue muy lindo para arruinarlo de esta forma… (se escucha que alguien aplaude)
MADRE: Ha de ser doña Blanca. Voy a atenderla. (Se levanta y dice mientras se va) Arreglá la nota para mostrársela a tu papá. (Marta se queda observando el papel arrugado. De pronto aparece Nora, con un rostro muy triste, baja lentamente sus cuadernos sobre la mesa. Marta la observa detenidamente).
MARTA: ¿Y esa cara de velorio?
NORA: (Dándose vuelta bruscamente) ¡Marta! No me di cuenta de que estabas allí… ¿No supiste lo que pasó?
MARTA: (Con cara intrigada) No. ¿Qué pasó?
NORA: El padre de Susana murió anteayer.
MARTA: ¡¿Queee?! (Mira confundida a su hermana)
NORA: Lo que dije…
MARTA: Pero, ¿cómo? ¡Si nosotras lo vimos el martes…!
NORA: Lo atropelló una camioneta el miércoles, cuando volvía del trabajo…
MARTA: (Se toca la frente y se sienta) ¡Pobre Susana! ¿Ya la viste?
NORA: No. Quiero que me acompañes a su casa.
MARTA: Imposible. Vos sabés cómo me afectan estos acontecimientos.
NORA: Marta… ¡contaba contigo! ¡Es nuestra obligación acompañar a nuestra amiga en su dolor!
MARTA: Sí… Lo sé… Iré contigo… (y luego agrega como en un susurro) …pero sólo por un momento…
NORA: Es suficiente, (la toma del brazo) vamos a darle la noticia a mamá.

ESCENA 2

(Se observa en el medio del escenario a una muchacha vestida de negro. Está sentada mirando ávidamente una fotografía que tiene entre las manos. Marta y Nora se acercan tímidamente, cuando Susana las ve, se pone de pie rápidamente)
SUSANA: ¡Nora! (Exclama con voz quebrada, tiende sus brazos a su amiga y ésta la abraza)
NORA: Mis pésames, Susana, acabo de enterarme…
SUSANA: Gracias (mientras se enjuga las lágrimas al tiempo que se acerca Marta)
MARTA: (Mientras la besa) Lo siento mucho, Susana…
SUSANA: Gracias Marta. (Les indica unas sillas) Siéntense.
MARTA Y NORA: Gracias (se sientan y permanecen en silencio).
SUSANA: Ustedes no se imaginan cuántas cosas se cruzan por mi mente. Mi cabeza está a punto de estallar… (se agarra de la cabeza) Todo fue tan rápido, tan triste, ¡tan horrible! ¡Papá! Papá… (mira el retrato). El domingo ustedes felicitarán a su padre y yo… sólo tendré sus recuerdos… ¿Cómo será nuestra vida sin él? (De pronto mira a las chicas) ¿Se dan cuenta de lo que significa perder para siempre al padre? (Nora hace un gesto negativo con la cabeza mientras que Marta dirige la vista al piso) Papá era como nuestro ángel guardián…De noche nos sentíamos seguras porque él estaba con nosotros. Jamás nos preocupábamos cuando la factura de la energía eléctrica llegaba; y debo confesar que aún hoy no sabemos muchos de los precios de las cosas que compramos del supermercado…Comíamos sin que nosotros moviéramos un dedo para obtener la comida… Además, papá era el que animaba a mamá tras un día de ardua lucha en la casa, con los niños. Y ahora… ¿Qué hará mamá? ¡Está destrozada! Seguramente tendrá que salir a trabajar y yo me quedaré con mis hermanitos… ¡Oh qué cambio tan drástico! ¡Qué grandioso desorden! ¿Cómo hemos de soportar su ausencia? ¿Cómo podré vivir sin su cariño, sin su apoyo, sin su protección? (mira a su amiga) ¡Oh Nora! ¡Nora! Ojalá todo fuese tan sólo un sueño, una horrible pesadilla… (Mete su cabeza en las faldas de su amiga y llora. Nora y Marta también lloran).

ESCENA 3

(Se ve a las hermanas escribiendo una frente a la otra. La madre cruza por la habitación y sonriendo mira a las niñas al tiempo que sale por el lado opuesto. Marta se lleva el lápiz a la boca)
MARTA: Nora… 
NORA: ¿Si? (sin alzar la vista)
MARTA: ¿Podés estudiar?
NORA: No.
MARTA: ¿Por qué?
NORA: Me afecta mucho lo de Susana (mirando a su hermana).
MARTA: A mí también me dejó pensando. ¿Te das cuenta, Nora, de todas las cosas que papá tiene que hacer para que nosotras vivamos así?
NORA: Lo estuve pensando… Y también pensé en lo que pasaría con nosotras si Dios quisiera llevarse a nuestro papá.
MARTA: Ni lo pienses, Nora, por favor.
NORA: Pero ya ves, puede pasar.
MARTA: Sí, pero lo importante es que papá vive y que pasado mañana será su día, ¿qué le vas a regalar?
NORA: Yo había pensado comprarle un par de medias…
MARTA: Yo también…
NORA: …pero después de analizar lo que hace papá por nosotras, cambié de idea. Compraré algo más valioso con el dinero de mi alcancía.
MARTA: ¿De tu alcancía? ¡Pero estabas juntando para comprarte una radiograbadora!
NORA: La compraré, Marta, aunque tardaré un poco más en hacerlo. Lo que quiero ahora es demostrar a papá cuánto lo quiero.
MARTA: (Entusiasmada) Yo no tengo mucho dinero, pero lo que tengo me alcanza para hacer una linda torta. ¿Qué te parece?
NORA: Me parece genial. Te ayudaré (Alza la vista y ve venir a su madre) Shhh, que hay moros en la costa.
MADRE: (Colocando un jarrón con flores sobre la mesa) ¿Qué están cuchicheando ustedes?
MARTA: Comentábamos lo de Susana. ¿Verdad que es triste?
MADRE: (Pensativa) Sí… es muy triste…
NORA: Pero nosotras tenemos un papá todavía y vamos a demostrarle que lo queremos mucho. 
MARTA: (Mirando a Nora) Nora… Acordate que mamá es una espía de papá. (Todas ríen).

ESCENA 4

(Se ve a las chicas afanadas en ordenar la sala. Marta trae una torta y la coloca sobre una mesa en el medio del escenario.)
NORA: No deberías hacer esto, Marta; después de todo, recién mañana es el Día del Padre.
MARTA: Es que no puedo esperar más. ¿Te imaginás si descubre la torta en la heladera? ¡No podré disfrutar de la cara que pondrá cuando vea su torta! Ah no, eso no me pasará.
NORA: Bueno, me convenciste, pero mi regalo se lo doy mañana.
MARTA: Como quieras, pero apurate, ya es su hora. (Siguen arreglando la casa pero miran continuamente el reloj. Marta sale a la puerta y mira. Vuelve otra vez, se la ve inquieta) Nora… papá no viene…
NORA: Sí… y ya es tarde… no suele atrasarse tanto… (se pasean nerviosas por la sala. De pronto, oyen un ruido y salen corriendo. Frenan en la puerta y se escucha una voz masculina).
VECINO: Buenas noches, señoritas.
NORA Y MARTA: (Decepcionadas) Buenas noches… (Vuelven a sus asientos e inclinan la cabeza)
MARTA: ¿y si le pasó algo?
NORA: (La mira) Voy a encender la radio para escuchar las últimas noticias. (Enciende el aparato y se escucha música, luego)
LOCUTOR: Interrumpimos la programación para brindarles más detalles del lamentable accidente (Nora y Marta se miran horrorizadas) protagonizado por dos unidades del transporte público de pasajeros, en el que perdieron la vida cinco personas y una veintena resultaron con heridas. Los ómnibus estaban al servicio de las líneas 23 y 40. Ambos chocaron frontalmente sobre la avenida Cacique Lambaré. Seguiremos informando en el Noticiero segunda edición. (Se escucha la música otra vez y Nora apaga la radio).
NORA: (Mira a su hermana con desesperación) Marta… papá… ¿Será que…
MARTA: Es su hora y su colectivo… Por algo no estaba llegando…
NORA: (Ambas lloran) Pobre papá, nunca le podremos decir cuánto le agradecemos lo que hizo por nosotras.
MARTA: ¡Oh Señor! Yo quiero ver a mi papá… No permitas que sea él uno de los que se murieron en el accidente…¡Tráelo nuevamente a casa! ¡A casa! ¿Cómo podríamos vivir sin él?
NORA: (De pronto llega el padre pero las chicas no se dan cuenta) Dios mío, perdóname porque muchas veces no le di a mi papá el valor que merecía…Estaba con nosotras y no le apreciamos… y ahora… (llora; el padre se inclina sobre sus hijas y pone sus manos en sus hombros, mientras que susurra a sus oídos)
PADRE: Mis niñas… (Ëstas alzan el rostro y exclaman)
NORA Y MARTA: ¡Papá! 
MARTA: ¡Papá! ¡Estás vivo!
NORA: ¿No te pasó nada? Nosotras creímos que…
MARTA: (Está a punto de decir algo pero Marta le arrebata de la boca las palabras) Oh, no importa lo que creíamos! Papá… Nosotras… yo… te doy gracias por darme un papá como vos.
NORA: Además, apreciamos todas las cosas que hacés para que nosotras podamos desarrollarnos digna y saludablemente… (saca un paquete de debajo de la mesa) ¡Felicidades!
MARTA: (Arrojándosele al cuello) Sí, felicidades, papá!!!

Mirta López de Eisenkölbl